Cuando llega el calor del verano, casi todos llegamos a casa, después de haber estado todo el día andando o trabajando, con los pies 'cocidos': doloridos, cansados, hinchados y sudorosos. Para aliviarlos, lo mejor es llenar el bidé o un recipiente con agua fría y un buen puñado de sal y darles un reconfortante baño. Luego, un suave masaje con aceite de oliva para hidratar y... listos para continuar.
jueves, 14 de febrero de 2008
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